Cuando uno tiene el deber de acordarse de TODO, recae el peso de tomar la responsabilidad de lo que "no se acordó hacer", como consecuencia vienen serias y varias emociones: culpa, estrés, remordimiento, pérdida momentánea de la cordura, incluso inculpar a otra persona por no ayudar a compartir lo "que hay que recordar", etc.
Quien sea madre podrá entender las pocas y desesperadas líneas arriba escritas.
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