miércoles, 4 de diciembre de 2013

Sin respuesta


Cuando escribo un correo o hago una llamada y el remitente no está o no contesta me siento frustrada y no sólo en el ámbito laboral también en el personal. Digo, está gacho que si mandas un correo a alguien cercano y requiere retroalimentación no conteste ¿no? Cuando envío algo meramente informativo la neta no exijo respuesta, aunque siempre hay alguien que contesta con un "gracias" o "enterado", ese es un plus que valoro porque trato siempre de hacerlo yo también.

El asunto es que con el tiempo sólo voy ignorando a quienes no aprecian ciertos esfuerzos, cuando traigo el celular descargado o sin crédito,  me comunico por correo o a través de las redes sociales, sí, cómo todo el mundo lo hace en esta era moderna y que aprovecha los medios a su alcance que ahora son bastantes.

Como comunicóloga que soy, relato lo que sucede a mi alrededor y siempre pido detalles para tener contexto, (aunque admito que por eso puedo llegar a interrumpir una conversación) sí, detalles que me sirvan para imaginarme todo lo que me platican, puedo compensar las interrupciones ya que me gusta escuchar largo y tendido.

En fin, cuando tengo que utilizar el teléfono lo uso (emergencias, avisos y por atención), pero lo mío, lo mío es escribir, así que me indigna que quien lo sepa, se desentienda de ello.